sábado, 29 de noviembre de 2014

UNA CAPIBARA ESTRESADA, QUE SÓLO BAJA LA GUARDIA AL ESCUCHAR VERSOS DE FERNANDO PESSOA Y DRUMMOND

AMBIENTALISTA CONSIGUE MEDICAR ANIMAL
SÓLO TRAS DECLAMAR POEMAS

Luis Ernesto Magalhães

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Capibara fanática de los poemas, con cría.



RIO – Las aventuras de una capibara hembra que vive en la Laguna Rodrigo de Feitas darían para una novela o una película melodramática. En poco más de un año, enfrentó situaciones inusitadas, como dos intentos de homicidio, y sobrevivió. El jueves añadió una historia más en su currículum: en una operación que duró un día completo, fue capturada y medicada sólo hasta el final de la tarde, después de que el ambientalista Paulo Maia la calmó. El secreto, explicó, fue declamar para el animal versos de poemas de Fernando Pessoa (“El libro del desasosiego”) y Carlos Drummond de Andrade (“Y ahora José”).

–Acostumbro conversar con todos los animales. Ellos ya me conocen y les gusta que hable con ellos. Mientras leía los poemas [la capibara] me miraba con aquellos ojos enormes. Al poco tiempo fue quedándose adormilada y dócil, lo que permitió capturarla con la ayuda de los bomberos –dice Paulo Maia, presidente de la ONG Aves & Cía.

La capibara precisó de atención especializada, pues recientemente fue acuchillada en la costa. Antes, ya había sido herida por desconocidos.

–Después de la puñalada, primeramente intentamos medicarla con antibiótico administrado por dardo. Como no surtió efecto, decidimos capturarla. En la mañana del viernes, ella se encontraba bien. Estaba alimentando incluso a sus tres crías –agregó Paulo Maia.

Las aventuras de la capibara están adquiriendo fama. Hace más de un año, fue encontrada en el garage de la casa del actor Osmar Prado. Asustada, hizo difícil que los bomberos la capturaran. Trasladada a la Laguna, acabó “secuestrada” por traficantes de la Rocinha que planeaban devorarla. Finalmente, fue rescatada del cautiverio por Paulo Maia. Logró “escapar de la olla” porque los capibaras de la Laguna tienen un microchip que permite localizarlos vía GPS.

En total, nueve capibaras viven en la Laguna, siendo seis adultas y tres crías. El número de adultos era mayor: eran ocho. Según Paulo Maia, dos murieron, uno por causas naturales y otro herido en una lucha por el liderazgo del grupo [de capibaras]. Paulo Maia resaltó que, a menos de que ocurra una nueva disputa, la capibara desafortunada está libre de sufrir un nuevo revés.

–Este tipo de luchas sólo ocurren entre los machos –aclara.

28 de Noviembre de 2014

[Traducción: Alfredo Salvador C. García.
29 de Noviembre de 2014. Ciudad de México]
 
 

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